martes, 14 de diciembre de 2010

EN OTOÑO EL CIELO SE LLENA DE AVES

La emigración es algo consustancial a los seres vivos que pueblan el mundo, en aras de la pervivencia de las especies.
Suponiendo que el Homo Erectus haya aparecido en Africa, el resto de la población mundial es descendiente de emigrantes.
En el Pentateuco expulsan a a Adán y Eva del Paraíso terrenal (Génesis), nos encontramos con la primera emigración de la historia de la humanidad.
En el Exodo, el pueblo judío huye de Egipto siguiendo a Moisés en busca de la Tierra Prometida.
La religión musulmana comienza en la Hégira de Mahoma, que en español significa Emigración.

Es pues una cuestión de educación y cultura ver en la emigración algo natural y propio del ser humano, como lo es de todos los seres que habitan el mundo.

Con la capacidad que tenemos los hombres de autodestruirnos, abandonamos la esencia de ser vivo, para construir un mundo inventado, lleno de enigmas, de miedos, de guerras, de inquietudes, de injusticias...

La educación, según mi punto de vista, debería encauzarse con el objetivo de enseñar a las futuras generaciones, que los seres humanos formamos todos parte de la naturaleza, como el resto de las especies vivas, que en el respeto por la naturaleza está la supervivencia de la especie. Que todos los seres humanos somos de la misma especie y todos tenemos derecho a vivir en paz con la naturaleza y con el resto de los seres vivos.

Centrando la formación de los niños en este supremo conocimiento, se acabaría con casi todos los problemas de la humanidad con la humanidad.
Aprovechemos pues nuestra capacidad de razonar para protegernos del desamparo de la naturaleza y como muchos animales, cuando la circunstancia sea adversa, no quedará mas remedio que emigrar en Otoño.

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